A mi único amor lo conocí el primer día.
A mi único amor lo amaré hasta el final.
Lo que siento es algo indescriptible,
que no se cambia por plata, placer o enfermedad.
A mi único amor no le importa la moda.
Y es más, desde que lo conozco siempre vistió igual.
Mi único amor tiene nombre y apellido.
Tiene Templo, tiene dioses y una vida normal.
A mi único amor no lo quiero por circunstancias.
Tendrá buenas y malas, pero siempre estaré acompañando.
Mi único amor tiene millones de pretendientes;
que como yo sienten, lo hermoso que es estar a su lado.
A mi único amor sólo veo los domingos;
esas tardes grandiosas, que me llenan de placer.
Por mi único amor lloro, peleo, sufro y me alegro.
Por mi único amor daría mi vida y mi honradez.
Mi único amor tiene más de 100 años.
Y es increíble que cada día esté mejor y yo lo quiero más.
Mi único amor logró lo que no pudo hacer nadie:
que a la vida le encuentre un sentido triunfal.
Mi único amor vive en una esquina:
Udaondo y Alcorta, por si lo quiere ubicar.
Su palacio es una escultura divina.
Es algo mágico, fantástico, Monumental.
Mi único Amor solo usa dos colores:
Un blanco paz de fondo y un rojo sangre pasional.
Ese blanco ilumina lo que sobra.
Y esa raya roja da calor cruzando el alma en diagonal.
A mi único amor no le vengan con cuentos.
Que lo que un día fue Inmenzo antes fue Feo de verdad.
Mi único Amor siempre tuvo sus Díaz.
Hasta que un Beto aparecía y a todos nos hacía emocionar.
Mi único amor fue hasta lo más alto en Burro.
Y cuando llego a la cima, nadie lo pudo bajar.
Tuvo momentos en que Tolo salía mal.
Y es ahí cuando aparecía un tal Amadeo y los corazones volvían a su lugar.
Mi único amor es el más grande, lejos.
Mi único amor es mi futuro, mi presente y mi ayer.
Mi único amor solo entiende de hazañas.
Y por si alguno todavía se engaña, mi Amor se llama RIVER PLATE
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